Jubilados y otros manifestantes se reunieron delante del Congreso para su tradicional protesta de los miércoles en medio de un mega-operativo antipiquetes dispuesto por el Gobierno nacional, con personal de Policía Federal y de Prefectura para evitar el corte de calles.
Tras unas horas tranquilas, efectivos policiales comenzaron a lanzar gas pimienta contra la gente que bajaba de la vereda. La Policía había dispuesto vallas en la zona para evitar que los manifestantes bajen a la calle. Gremios como la UOM y organizaciones de izquierda como el Polo Obrero formaban parte de la manifestación, y hasta el momento no se registraban incidentes.
Los jubilados vuelven a marchar para reclamar un aumento en sus haberes. La movilización estará acompañada de una columna de ATE. La marcha también cuenta con el apoyo de numerosas organizaciones sociales y políticas.
Este 23 de marzo venció el plazo para la regularización de aportes, lo que quitó la posibilidad a los trabajadores de compensar económicamente la cantidad de aportes necesarios para poder jubilarse, una vez alcanzada la edad mínima.
El Congreso amaneció vallado al igual que el miércoles pasado y luego de la represión del 12 de marzo, que dejó a varias personas heridas, entre ellas, el fotógrafo Pablo Grillo, que recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza y sufrió pérdida de masa encefálica.
El Plenario de Trabajadores Jubilados indicó que la marcha se hace para reclamar por medicamentos gratuitos y atención integral en la obra social del sector. Además, los jubilados reclamarán una recomposición en sus haberes.
Este miércoles el Gobierno confirmó a través del Boletín Oficial un aumento y la repetición del bono de $70.000 para jubilados y pensionados.
Fuente: El Diario AR