2.
Umwelt, que suele traducirse por mundo circundante, es un concepto central en las teorías del zoólogo y naturalista Jakob Johann von Uexküll (Keblaste, 1864-Capri, 1944). Fue un celoso antidarwinista, pero una intuición suya es tan poderosa para enriquecer nuestra visión del mundo como la intuición central del autor de El origen de las especies. El concepto de Umwelt nos hace notar que el sistema perceptivo de cada especie animal crea para cada una un mundo. Nos hace ver que el mundo sencillamente no es como nosotros creemos. El mundo es así como es para nosotros, claro, pero otros sistemas perceptivos viven literalmente en otros mundos. No es solo que nuestro gato no vea nuestra taza roja como roja, o que a la noche nuestro gato pueda verla mientras nosotros no, o que el murciélago que entra de noche por la ventana abierta perciba la taza de una manera no visual que solo podemos imaginar, pero que ciertamente existe, ya que la esquiva. El concepto de Umwelt abarca también la percepción temporal. La percepción mínima temporal, que von Uexküll llama «momento», difiere de especie en especie: para los insectos que viven solo unos días (unos días que albergan la misma cantidad de «momentos» que nuestros proverbiales setenta años) el mundo sucede de un modo que nosotros llamaríamos lento: «Así, la bala que sale volando de la pistola se mueve para ellos largamente en el aire. Ignoran que los árboles crecen, al igual que nosotros que crecen las montañas». Para los árboles milenarios, en cambio, «las estaciones se suceden como para nosotros los días». El mundo no es un mundo; o mejor: el verdadero mundo no es el mundo circundante humano, sino la fuente del armónico acorde de todas las perceptivas animales1.
Veamos unos versos de César Mermet. Son sobre un perro que va oliendo las marcas de orina que dejaron otros perros:
con el vidente hocico el perro
persigue abecedarios dislocados en árboles y muros,
restituye en lecturas instantáneas
un fragmentario texto, evanescentes testimonios
de ausentes persistentes,
descifrando en el aire un palimpsesto,
la pululante estela, la saga tumultuosa
en volvedor olvido,
del numeroso clan que el mundo orina:
delectación, saludo, reencuentro a pata alzada
y siembra de aquí estuve,
en numinosos sitios convocantes.
Remonta el perro difusos parentescos,
el linaje, la crónica, el ácido mensaje
de olores solidarios y entusiastas.
Tenaz, certero, el perro sigue
contradictorios rumbos, inspiraciones diagonales;
pero actuando conjura el habitado tiempo,
teje y reintegra una coral figura,
leva un urgente censo
de espectros fraternales que invoca remedando,
De y puntualiza, suma, funda especie,
si el júbilo en la especie,
y él es la especie rescatada,
toda la tribu, la memoria entera;
y en temblorosa epifanía,
él es total, el uno en muchos
y todos los transitivos en el uno.
El poema se llama «Epifanía del perro» y es justamente eso: la epifanía vivida por un perro, su comprenderse perro al percibir mediante el olfato a otros perros. Todo el poema está asomado a un mundo olfativo y a la rudimentaria psicología capaz de ese luminoso reconocimiento. Animado así el perro desde su propia perritud, será visto después desde afuera para cerrar del poema: «Ahora el perro, sentado, se relame. / Altiva la cabeza, rotunda, convencida, iluminada … » dicen los versos que abren la siguiente estrofa. ¿No dilatan acaso así los poemas -mediante nuestra participación imaginativa en su realidad- nuestra experiencia? ¿No hacen de ese modo más rico, más diverso nuestro mundo?
(…)
El Umwelt es a su vez parte de un concepto más amplio: la adecuación a plan (Planmäßigkeit), según el cual las formas de vida son manifestaciones de un plan teleológico que solo podemos intuir sub specie aeternitatis. No hay evolución ciega, por lo tanto, sino desenvolvimiento pautado: nada está librado al azar, cada especie se ajusta en su desarrollo a ese plan. ↩︎
Fragmento número 2 de 4 del ensayo «Poesía mundo animal», extraído del libro Los porqués de la rosa de Alejandro Crotto (editorial mardulce, 2024). Aquí puede leerse la parte 3.
*La portada es un óleo de Carrie Bencardino.